
Confiad en el Señor perpetuamente, porque en el Señor está la fortaleza de los siglos. (Isaías 26:4)
Confiar en Dios no es una sugerencia,
Confiar en Dios es una imperativa orden.
Confiar en Dios implica absoluta obediencia,
Es atender su voz antes que la del hombre.
No hay razones para cuestionar o razonar la Palabra del Señor, pues cuando él dice “Confiad, “queda ratificado la razón por la cual debemos hacerlo: “Porque en el Señor está la fortaleza de los siglos.”
Ya sabemos que una fortaleza es algo estable, es algo fuerte. Es una protección que nos brinda seguridad. ¡Pero Dios dice que en Él está la fortaleza de los siglos! Nos encontramos aquí entonces con una seguridad perenne, duradera... ¡ETERNA!
Muchas veces nos hemos apoyado en palabras humanas. Nos hemos apoyado en promesas sin cumplimiento. ¿Qué nos dice esto?
Que muchas veces hemos creído en lo inestable.
¡Frustración y decepción es el resultado inevitable!
En Dios no corremos riesgos de ser defraudados.
Pues todo lo que dice y promete lo lleva a cabo.
Apoyémonos en Dios siempre. Tengamos completa libertad de hacerlo en toda circunstancia: En el ANTES y en el AHORA, para garantizar que MAÑANA continuaremos haciéndolo definitivamente.
Hay ocasiones en que atravesamos por situaciones muy difíciles donde no tenemos otra opción más que rendirnos ante Dios. Entonces es cuando lo convertimos a él en nuestro refugio. En el único que nos puede ayudar. Pero antes que venga la tribulación, antes que llegue la tormenta, nuestra confianza también debe estar puesta en Él; de tal manera que, al obedecerle alcancemos a ver nuestra próxima liberación.
Obedecer al Señor es confiar en él. Es brindarle al corazón seguridad, calma, y un estado de completa paz. (Isaías 26:3)
Señor, que toda duda y temor salga de mí,
Esta es la oración que hago al Dios del cielo.
Que en quietud y en confianza pueda yo vivir,
Viniendo a refugiarme en sus brazos eternos.
Eterno es tu refugio porque eterno eres tú,
fortaleza perenne en quien debemos confiar.
Suficiente declaración es tu Palabra de verdad,
La acepto con reverencia y profunda gratitud.
